¿Qué cualidades necesita un guía de turismo?
- Lyonel Torres Ruíz

- 6 nov
- 4 Min. de lectura
Un guía de turismo es la imagen de un destino o el embajador de su país, es la persona que conecta a los turistas con el entorno, señalando la cultura y la naturaleza que visita. Más allá de señalar puntos de interés o contar datos inspira a proteger y respetar el destino.
En Pucallpa, podrás visitar el Boulevard de Yarinacocha, navegar el río Ucayali o conocer la Catarata de Santa Rosa, pero un buen guía - uno con alma - te mostrará la vida cotidiana de los pobladores, sus principales actividades y costumbres.
¿Cómo encontramos uno así o mejor aún, cómo nos convertimos en el guía que es el corazón de cada experiencia?

1 Conocimiento profundo que conecta culturas
Un buen guía debe conocer su territorio, esto significa:
Historia y cultura local: Pueblos originarios, evolución de las comunidades, costumbres, festividades y formas de vida cotidiana.
Flora y fauna amazónica: guacamayos, monos, paiches, y plantas medicinales que se usan desde generaciones.
“En la comunidad de San Francisco, las titas muestran su cerámica y bordados con los diseños simbólicos del Kené. Mientras ellas hablan de su herencia cultural y cosmovisión el Guía respetará este espacio y después complementará la información a los visitantes”.

2 Comunicación que conecta corazones
El objetivo es que los viajeros sientan la experiencia, no solo la vean, para ello: Hablar no basta. Debemos adaptarnos a nuestro público (nuestra voz, lenguaje corporal y la energía son esenciales):
Con los niños: despertar curiosidad y emoción.
Con los jóvenes: despertar admiración y respeto por la naturaleza que aún pueden proteger.
Con adultos mayores: El poder de la sanación del bosque.
“Todos los turistas deben de llevarse un mensaje de admiración y respeto por la cultura local, pero más aún, deben interiorizar cada experiencia para despertar el amor por lo que visiten y se conviertan en nuestros aliados por la conservación”.

3 Empatía, ética y vocación de servicio
El “don de servicio” habla de la capacidad de atender a las personas con gusto.
¿Todos lo tienes? No. Sin esta cualidad es mejor buscar otra profesión, porqué como toda carrera de servicio tendremos que adaptarnos al ritmo y necesidades de cada cliente.
A esto debemos agregarle algo más: Ética y respeto por la naturaleza y las culturas locales.
Escucha y acompaña a cada persona: Don de servicio (empatía).
Ayudar a quienes lo necesiten: Es importante estar atentos e identificar necesidades de cada persona para que se sientan bien atendidos.
“Pequeños gestos como extender la mano en una parte complicada de la caminata, una recomendación de comidas o una botella de agua cuando hay calor intenso… Son esas pequeñas acciones las que convierten a un viaje en una experiencia inolvidable.”

4. Ética, Respeto Cultural y Adaptabilidad
promover un turismo responsable, evitando daños al ecosistema y respetando las tradiciones locales, enseñando a los visitantes no solo a disfrutar de lo que ven, sino también a cuidar lo que encuentran y a aprender de manera consciente.
Adaptabilidad y resiliencia: Esto significa mantener la calma y una actitud positiva ante cualquier situación, convirtiendo cada desafío en una oportunidad para enseñar o entretener al grupo. ¿Lluvia? ¡Hoy toca bañarse!
Respeto cultural: Preparar a un grupo de personas para entender y respetar una cultura distinta involucra una gran cuota de madurez y conocimiento.
“Hoy vamos a visitar a la cultura Shipibo Konibo, ellos tienen una Cosmovisión distinta, creen que el mundo de los vivos y el mundo de los espíritus es uno solo y existen plantas que nos permiten conectarnos a través del poder de la naturaleza.”

5. Liderazgo, Responsabilidad y Pasión en la Práctica
Como guías debemos de tener en cuenta que cada decisión que tomemos marca la seguridad y la experiencia de quienes confían en nosotros.
Guiar, en la práctica, significa enseñar con entusiasmo, cuidar de nuestro grupo y transmitir el amor por la naturaleza, convirtiendo cada experiencia en una oportunidad de aprendizaje para los turistas y una forma de reflejar nuestra pasión, liderazgo y responsabilidad.
“Durante la ruta a Alto Shambillo, los visitantes pueden sentirse tentados a salirse del sendero. Nuestra respuesta inmediata es explicar los riesgos, proteger al grupo y recordar la importancia de seguir las rutas establecidas no solo garantiza la seguridad, sino que también enseña respeto por la flora, fauna y paisajes que hacen única a la selva peruana (nuestro hogar).”






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